En realidad, verdad era que a nadie habia tenido a quien decirselo; hay cosas que no a todos interesan, cosas que son para llevarlas uno solo como una cruz de martirio, y callarselas a los demas. A la gente no se le puede contar todo lo que nos pasa, porque en la mayoria de los casos no nos sabrian ni enterder [...] Los dias pasaban iguales los unos a los otros, con el mismo dolor clavado en las entrañas, con los mismos presagios de tormenta nublandonos la vida.
La familia de Pascual Duarte.
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